sábado, 24 de marzo de 2012

Los hitos que dejaron huella en mi vida


“No es un quiero y no puedo, es un puedo y lo he hecho”.



     Me llamo Isabel Marcos Arcones, segoviana nacida en el 93. Podría admitir y a la vez asegurar, que soy optimista, este hecho me ha ayudado en mis pocos años de vida a poder levantar en el camino de la vida a pesar de lo grande que era la piedra o bache que me hizo tropezar.

A lo largo de mi vida social he recibido multitud de consejos, los cuales he guardado para poder utilizar y sacar a la luz en los momentos adecuados.

     Debería dar gracias a que mi entorno social y familiar siempre ha sido muy numeroso. Siempre he tenido alguien en quien apoyarme, a quien pedir ayuda. Tengo seis hermanos, con lo cual he crecido y me he acostumbrado a un entorno numeroso, lo que me ayuda en la actualidad a saber compartir y a trabajar siempre con la gente que me rodea, pero todo tiene sus contras, claro está dependiendo de la perspectiva por donde se mire, a lo que me refiero no es ni mucho menos a envidia o celos, sino a que a veces la gente que me rodea, puede que necesite más ayuda o atención que yo misma, es algo que me ha ayudado a comprender la vida, es decir, que puede ser que en el tropiezo del que hablaba inicialmente, tenga que, en alguna ocasiones, levantarme yo sola, sin ayuda. Esa cuestión ha hecho que pueda vivir independientemente, porque a medida que avanzas vas aprendiendo a esquivar lo que en un pasado te ha dañado.


    Si tuviera que destacar un rasgo importante en mi vida, debo decir que el rango educativo ha adquirido gran importancia con el paso del tiempo, ya que es el que más me ha hecho meditar y trabajar, de hecho todos mis hitos podrían relacionarse perfectamente con ello.


    Podría decir que los hitos realmente relevantes en mi vida comenzarían en cuarto de la ESO, el cual fue cursado en La Granja de San Ildefonso. Fue una época en la que conocí a gran cantidad de gente, fue un tiempo en el que abrí los ojos para ver y apreciar el camino de la vida, puedo destacar el haber conocido a una profesora, ésta se llama Isabel, que impartía la asignatura de Audiovisuales, de hecho gracias a ella conocí el mundo en el que ahora transito. Pero no sólo me enseño sino que aprendí y también se convirtió en una amiga, entre ella y yo dejaba de existir la relación profesora-alumna, para establecer una relación de colega a colega, ella tuvo problemas personales y era la primera vez en que yo, una joven de 16 años, debía de dejar el hombro para que llorara y además ser la confidente de una persona que me sacaba 15 años, ese fue el momento en el que comprendía que mis problemas eran insignificantes comparados con los de los demás.


    Otro hecho que debo resaltar, fue el nacimiento de mi hermano pequeño, vino al mundo con una minusvalía, tiene Síndrome de Down, lo que hizo que se convirtiera en mi ojo derecho, lo que hace que en ocasiones me pregunte si se volvió en mi ojo derecho por su minusvalía o por cómo es personalmente. Se trata de una cosa que me inquieta, pero la verdad que una cosa lleva a la otra. Quería exponer esta experiencia, porque me hizo razonar, pensar, conocer un mundo que no conocía. Entre en una asociación de Síndrome de Down, donde conocí a niños y niñas como mi hermano y además te enseñaban a tratar a este tipo de personas, a jugar, hacíamos eventos y es muy divertido. Lo que me parece imprudente y gran desgracia que hay parte de la sociedad que no les acepta, no les acoge, les aísla.


    Llevo viviendo con este tipo de personas desde que era muy pequeña, ya que uno de mis mejores amigos tenía la misma minusvalía que mi hermano,  venía con migo a clase y la única persona que debía de ser comprensible con él era yo. A medida que iba creciendo me di cuenta de que son personas distintas a las demás, no en el mal sentido, sino en la forma emotiva con al que te tratan, son muy cariñosos y el establecer una amistad les da tranquilidad, confianza, seguridad...


    Cuando acabe 4º de la ESO, quería fijar mi futuro camino, por ello, decidí hacer bachillerato de artes, ya que estaría relacionado con publicidad. El caso es que siempre he tenido gran libertad de elección, pero en este caso, sentía que mi elección respecto al tipo de bachillerato que había escogido no era de gran agrado con lo que mi madre tenía pensado, no veía comprensión suya.

Yo, cerrando mis oídos, preferí realizar mis gustos y mi elección, que para mi era lo más deseado, era mi futuro no él suyo, yo no quería hacer algo de lo cual no tenía interés y mucho menos hacer sin agrado.


    Mi forma de funcionar es por medio de metas propuestas con anterioridad, pero en el caso de que no me salga como yo tenía previsto, mi optimismo sigue en pie, ¡Ya habrá tiempo de hacerlo mejor! Siempre he vivido con un consejo que me dio mi padre, nunca lo he olvidado y nunca lo olvidaré. “No es un quiero y no puedo, es un puedo y lo he hecho”, es una frase que me acompañaba para enfrentarme a todo tipo de meta que me fijo y siempre me ha ayudado a pesar de ser una simple frase.


    En la época en la que empecé el bachillerato de artes, vino acompañada por una temporada de suerte, sacaba buenas notas, encontré trabajo como camarera, además me ascendieron, me iba todo extremadamente bien, conocí a gente nueva.... Aprobé el carnet de conducir, recuerdo que cuando me examiné fue tres días después de mi cumple años. Después de todos los logros que iba consiguiendo y que a la vez me sorprendía a mi misma, veía que la suerte se me acababa, cuando acabé segundo de bachillerato recibí las notas, no me podía creer que en la asignatura de inglés tenía un 4, la única asignatura suspensa, la cual me parecía un estorbo, no podía hacer selectividad en junio, para pasar a ser en septiembre después de haberla aprobado. Fue un fastidio por ello quise darle con un canto en los dientes, saqué un sobresaliente, por desgracia fue un aprobado rencoroso, pudiendo ser un aprobado agradable.


    En ese mismo verano y poco antes de los exámenes de septiembre, viví una experiencia fatídica, mi prima fue matada, me expreso así, porque es literal, todo fue por un accidente de tráfico, ella entraba en Valladolid con el coche y el semáforo estaba en ámbar, tenía dos opciones o parar y respetar las normas de tráfico o pasar rápidamente antes de que el semáforo cambiara al color rojo, pero ella paró, y eso fue lo que provocó su muerte, ya que detrás de ella se avecinaba un individuo triplicando la tasa de alcohol permitida y además a una velocidad media de 170 Km/h, tras esta información sólo se deriva a la trágica imaginación del suceso, pero ¿Cómo tomarse aquello?. La última persona de la familia que la vio fui yo, a mí me afecto de forma extremadamente fuerte, meses después aún no me lo creía, era como si tuviera noción, pero no podía creérmelo. Pero finalmente, el caso es que ese acontecimiento me llenó de valor, decidí dedicarla a mi prima mi nueva meta, siendo ésta ahora la más importante. Es la siguiente, por ella, en su nombre iba aprobar selectividad, iba a entrar en la universidad e iba aprobar y sacarme la carrera por ella. Y aquí estoy, estoy aprobando todo y con gran ímpetu y ganas.


    De lo único de lo que estoy segura es que me sobran ganas y fuerzas para hacer lo que estoy haciendo y para superar la última meta que me propuse me hacen falta mínimo tres años, pero siempre existirá aquella frase que dice “Más vale tarde que nunca”.


     Pero sin duda, el mejor sabor de boca es, no sólo sorprender a los que te rodean, sino también a ti mismo.

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